Descripción
Cuando comprendemos que los bebés humanos nacemos en mitad de la gestación, podemos comprender mejor los primeros meses de vida y resignificar lo que nos está pasando. La criatura humana y su programa de desarrollo cuentan con convocar un cuerpo territorio en el que seguir gestándose fuera del útero. Desde este mirador, es mucho más fácil comprender la lactancia, el porteo, las necesidades de movimiento del bebé, los cólicos y las emociones que vive una madre y su familia. Mucho antes de la crianza, está la exterogestación. El tiempo en que, aún, como en la barriga, vivíamos en fusión. Comprender e incluso, proteger la fusión, reordenará nuestra experiencia y nos dará herramientas y contexto para el placer.