El trabajo que he realizado con Rebeca, ha marcado un antes y un después en mi vida. Éstas son las palabras que hubiese utilizado hace tres años, y sin embargo ahora no estoy tan seguro de eso. De sí hay un antes y un después. Ni de si son las palabras que hubiese utilizado hace tres años. Y qué bonito no estar tan seguro de lo que uno piensa, que hermoso descubrir que la vida es un misterio y un viaje que se expande hacia un vasto infinito. Qué bello poder verse a uno mismo experimentando y jugando, equivocándose, o tal vez no. Y redescubriendo una nueva mirada sobre todas las cosas y las personas, en cada instante. Y poder ser o jugar a ser lo que uno quiera, al mismo tiempo grano de arena y parte del inabarcable cosmos. Y poder comenzar a ver y sentir a los otros, no como a uno le gustaría que fuesen, sino como seres sintientes, criaturas vivas en expansión, con sus propias experiencias y particularidades. No sé. Cada día sé menos. Y experimento y siento más la vida que fluye a través de mí y a través de los otros. Habitar mis límites, mi cuerpo. Y redescubrir la libertad, de la que tal vez somos inevitables estandartes. Para mí, se va desvelando a medida que voy recuperando mi tamaño humano y le doy valor a las cosas que forman parte de mi propia vida… Y en este viajecito, por llamarlo de alguna manera, Rebeca ha tenido un papel fundamental en los últimos años. Todo lo dicho son cosas que he podido ir integrando gracias a ella. Tiene una gran capacidad de escucha y da en el clavo con sus observaciones. Su presencia y acompañamiento, a mi modo de ver, es humano, cálido y sencillo. Y al mismo tiempo, iluminado por una inteligencia y una visión, que en mi caso, ha propiciado un despertar y un llamamiento a vivir con valentía, a tomar elecciones más conscientes y a vivir con menos prejuicios mi propia vida
Gracias, Rebeca, de corazón.
La vida es un maravilloso misterio en el que puedes bucear muy hondo y volar muy alto si no olvidas andar tu camino. A mi, trabajar con Rebeca me ha facilitado la introspección y el “darme cuenta”; luz para mis decisiones. Desde una mirada inteligente y respetuosa usa su gran capacidad de escucha para nuestro auto-empoderamiento. He trabajado con ella el “deseo” e investigado el inconsciente. Ha sido siempre un placer ser acompañada por ella. Gracias Rebeca. Espero que volvamos a encontrarnos.
Para mí trabajar con Rebeca ha sido el camino a la toma de consciencia. Me ayuda a ser consciente de las cosas que suceden en mi vida con las que me siento muy feliz y agradecida. Mi vida cambió desde que la conocí, porque ahora todo es más fácil, todo fluye sin resistencia de ningún tipo. Me siento muy agradecida de que forme parte de mi vida.💖
Conocí a Rebeca algo antes de nacer nuestra primera hija en un curso de maternidad-paternidad y se abrió ante mi una nueva manera de vivenciar el nacimiento y crianza de mis hijas. Esa luz que ella abrió, ha seguido brillando y acompañando mi caminar en este maravilloso, pero también complejo, mundo de la crianza. Su visión, su cercanía y su magia han sido para mi un regalo en este momento.
Rebeca me ayudó a traer mucha consciencia a mi embarazo, al nacimiento de mis hijas y, sobre todo, a mi maternidad. Me ayudó también a reconocer, aceptar y entender mis sombras. Y también a acompañar a los demás y a mí misma, con menos juicio, con más presencia. Gracias a ella camino en la vida más ligera, más consciente, más conectada. Su trabajo ha sido y sigue siendo imprescindible para mí.
Hace ya casi 5 años que tuve la suerte de conocer a Rebeca, y desde entonces, he asistido a varios de sus seminarios, talleres, encuentros etc. Resulta difícil explicar, sólo con palabras, todo lo vivido y aprendido durante este tiempo. Cada una de sus propuestas son siempre una auténtica aventura, un regalazo… que te llevan a poder mirar, escuchar, estar, incluso sentir de otra manera… En definitiva, a Crecer. Existen seres que dejan “huellas doradas” en la vida de otros, y Rebeca es sin duda, uno de ellos. Mila esker!!!